La Unión Europea y la OTAN trabajarán juntas en Ciberseguridad y Ciberdefensa
Redacción
El pasado martes 6 de diciembre, la UE y la OTAN firmaron, por separado, una lista con 40 medidas para cooperar en materia de ciberataques y desinformación. Ambas coordinarán actividades en las que se comparta información crítica.
Para llevar a cabo este pacto, mientras que la OTAN se encargará de supervisar las amenazas militares, la UE se especializará en las amenazas relacionadas con el ámbito civil, esto es, desinformación y seguridad en las infraestructuras.
Se pondrá en marcha a partir del próximo año, e incluirá la coordinación de ejercicios militares que estarán supervisados indistintamente por observadores de ambas organizaciones. Esto quiere decir que las actividades de la OTAN serán supervisadas por la UE y viceversa.
La reunión ha tenido lugar en Bruselas. Se espera que a lo largo del día de hoy concluya. Todos los Ministros de Asuntos Exteriores se han reunido con Federica Mogherini, la representante para la política exterior de la UE para elaborar este documento.
En esta reunión ha estado presente Alfonso Dastis, Ministro de Asuntos Exteriores español, quién además ha mantenido una reunión bilateral con el propio Kerry para tratar la relación que existe entre ambos países. Al igual que lo ha hecho con el Ministro de Exteriores turco, Meylüt Cayusoglu.
Y además, ha dicho adiós al cargo, John Kerry, secretario de Estado estadounidense: «Estoy absolutamente convencido de que la próxima Administración mantendrá el compromiso con los principios de la OTAN; creo que el sentido común prevalecerá»- ha explicado. Ahora una nueva estrategia debe marcarse desde Estados Unidos.
Por su parte, Estados Unidos, Alemania y Reino Unido ya han informado a la OTAN de que han sufrido ataques cibernéticos exteriores.
Uno de los más mediáticos fue el que afectó al sistema informático del Partido Demócrata estadounidense antes de las elecciones de este mismo año. Desde Washington se acusó a Rusia pero sin hacer públicas las pruebas. El resto de países también carecen de evidencias que señalen un culpable concreto.
Ambas organizaciones deben dejar atrás los recelos de países pertenecientes a las diversas organizaciones. Por ejemplo, la mala relación entre Turquía y la propia Unión Europea podría amenazar esta coordinación.