La propaganda de Daesh tiene acento andaluz

“La conquista de Barcelona” es el último de los vídeos que el autoproclamado Estado Islámico (Daesh, por sus siglas en árabe) ha dedicado a España. Su protagonista, Muhammed Yassin Ahram Pérez, -apodado como Abu Laiz al-Qurtubi, el Cordobés- nació el 18 de agosto de 1995, en Córdoba. Es hijo de Abdelah Ahram, de origen marroquí y de la malagueña, Tomasa Pérez Mollejas.

Tanto Muhammed como sus cinco hermanos mamaron desde pequeños la interpretación más estricta del islam en su hogar familiar, que durante años fue variando de ubicación: su infancia transcurrió en Córdoba, y después, en Suecia, Cataluña, Marruecos hasta llegar a la ciudad autónoma de Ceuta.

En 2014 su padre, que ya había tenido vínculos con el crimen organizado en el pasado, fue arrestado por las Fuerzas de Seguridad marroquíes en una operación contra el terrorismo yihadista. Ahram, formaba parte de una célula terrorista que se financiaba con el dinero recaudado del tráfico de drogas. De tal palo tal astilla.

Cuando el padre de familia fue condenado y recluido en una cárcel de Tánger, Tomasa y sus hijos se trasladaron a Siria donde permanecen en territorio de Daesh.

La llamada de la yihad en español

A sus 22 años, Mohamed se ha convertido en el protagonista de la peor campaña propagandística patrocinada y lanzada a internet por Daesh. A través de la productora Wilayah al-Khayr, la organización hizo un llamamiento a sus ‘soldados’ para recuperar lo que consideran son tierras del islam (Dar al-islam, en árabe) y castigar a los españoles infieles que colaboran militarmente con la coalición internacional que lucha contra la organización terrorista en Siria e Irak. “Con el permiso de Alá, Al Ándalus volverá a ser lo que fue, tierra de califato”, asegura en el vídeo el Cordobés.

Sin embargo, el mensaje difundido por el yihadista ha generado una vertiente cómica en las redes sociales. Los españoles se han burlado del Estado Islámico.

Tras los atentados de Barcelona y Cambrils, la pasada semana, los canales yihadistas han incrementado su actividad. Pocas horas después de que se produjera el primer ataque terrorista, la organización reivindicó, sin entrar en detalles y a través de la agencia propagandística Amaq, la autoría de los hechos: “los soldados del Estado Islámico llevaron a cabo la operación, bajo órdenes del Califato contra países de la Coalición” Pero, ¿realmente España se encuentra en el punto de mira de los terroristas?

Lo cierto es que hasta el pasado año las traducciones y publicaciones de Daesh en internet han obviado el español como lengua de referencia, a favor del árabe y el inglés. Sin embargo, las amenazas han existido. En 2015 se detectaron 23 vídeos con amenazas directas de grupos yihadistas a España. El 2016 la cifra se elevó a 44. En ése mismo año, el Informe Anual de Seguridad Nacional y el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) advirtieron de una campaña lanzada en internet, concretamente a través de la red Telegram y dirigida por Daesh, para contratar traductores de español y portugués.

A mediados de mayo de 2017, la organización terrorista volvió su mirada a la Península Ibérica. Fue a través de la revista Rumiyah, distribuida en internet, en la que Daesh dedicó un amplio reportaje a la ‘historia’ de al-Andalus e instó a sus fieles seguidores a “recuperar la fortaleza musulmana que cayó en manos de los ‘kuffar’ (infieles) después de que los musulmanes se dividieran”. A principios de año, Amaq anunció la inauguración de un canal en español en Telegram. A la iniciativa le continuó Al Haqq Media Center, otra de las agencias de la organización terrorista que hasta entonces solo distribuía material en inglés. De hecho, según la agencia de inteligencia SITE Intelligence Group, desde el pasado 17 de agosto la actividad de Daesh en redes y las referencias a España e Italia, señaladas como próximos objetivos, se ha intensificado.

El debilitamiento militar de Daesh, que ha perdido su principal bastión yihadista, Mosul (Irak), y está camino de ser derrotado en Raqqa (Siria), ha forzado a que la organización terrorista centre sus esfuerzos por librar la guerra en internet, un campo de batalla en el llevan ventaja a Occidente.

La introducción del español como arma de propaganda responde pues a una estrategia de segmentación del mensaje que permite traducir vídeos del árabe y abrir nuevas vías de reclutamiento a los hispanohablantes, que representan a más de 600 millones de personas.

Si bien los últimos vídeos de Daesh carecen de la espectacularidad inicial y efectos especiales que caracterizaban a sus vídeos iniciales, tanto la adaptación del mensaje al idioma como las amenazas explícitas a los españoles, marcan la nueva hoja de ruta de la organización terrorista y atraen a potenciales seguidores en las redes.

El Daesh en números rojos

El aparato de propaganda de Daesh es la mayor amenaza para las agencias de inteligencia occidentales. La organización terrorista ha consolidado su Califato en la red mientras sobre el terreno el debilitamiento de sus facciones es evidente. En los últimos dos años ha perdido cerca de las dos terceras partes del territorio que llegó a controlar a comienzos de 2015. El hundimiento económico de la organización, que depende del crimen organizado, la recaudación de impuestos, el control de los pozos de petróleo y las donaciones para subsistir, ha afectado a sus filas.

Según un informe del Instituto de Investigación sobre la Radicalización (ICSR), “desde 2014 Daesh ha reducido un 50 por ciento sus ingresos anuales, de más de 1.900 millones de dólares en 2014 a un máximo de 870 millones en 2016. No hay evidencia alguna de que el grupo haya encontrado otra fuente significativa de financiación que pueda recompensar las pérdidas recientes. Continuando las mismas tendencias, el modelo de negocio de Daesh caerá pronto”. La pérdida de los pozos de crudo y la destrucción de una filial del Banco Central del Daesh en Irak han supuesto dos duros golpes financieros para la organización terrorista que ha recortado en los últimos meses los sueldos de sus combatientes en un 50 por ciento.

De hecho, la organización terrorista ha optado por atentados de bajo coste económico en los que no emplean explosivos sino camiones con los que realizan atropellos masivos o armas blancas con los que consiguen incrementar, si cabe aún más, la atención mediática a la par que generar más terror entre la ciudadanía. La estructura mediática, mínima, con la que opera Daesh no tiene barreras físicas. El Califato virtual ha descentralizado el escenario de operaciones y ha declarado una guerra global, en todos los idiomas, y cuyo mayor fortaleza es su aparato de propaganda.