Despliegue de tropas para proteger a los cristianos pakistaníes
Tropas paramilitares han acordonado un asentamiento cristiano en el este de Pakistán donde una turba musulmana destrozó e incendió varias iglesias y decenas de casas tras acusar a dos de sus residentes de profanar el Corán, según han informado la policía y testigos.
Según un comunicado del gobierno provincial, se han desplegado tropas paramilitares para ayudar a la policía a controlar la situación.
Las tropas han acordonado la colonia cristiana, bloqueando todos los puntos de entrada y salida con alambre de espino, según han informado medios internacionales.
Más de 100 personas sospechosas de estar involucradas en los disturbios han sido arrestadas, dijo el comunicado del gobierno, y agregó que también se ordenó una investigación sobre el incidente.
El ataque tuvo lugar ayer, donde una multitud musulmana atacó a una comunidad cristiana del este de Pakistán, destrozando varias iglesias e incendiando decenas de casas tras acusar a dos de sus miembros de profanar el Corán, según ha informado la policía y dirigentes de la comunidad.
Los altercados se produjeron en Jaranwala, en el distrito industrial de Faisalabad, según el portavoz policial Naveed Ahmad. Los dos cristianos fueron acusados de blasfemia, ha añadido Ahmad, y tanto ellos como sus familiares huyeron de sus casas.
Declaraciones de ciudadanos afirman que se han escuchado los anuncios que incitaban a la muchedumbre y luego se ha podido ver a la multitud dirigirse hacia su barrio cristiano.
La zona ha sido acordonada mientras la policía negociaba con la multitud, ha declarado el jefe de la policía provincial, Usman Anwar, a medios internacionales.
La acusación policial contra los dos cristianos se basa en páginas halladas del Corán con algunos comentarios despectivos escritos en rojo.
En Pakistán, la blasfemia está castigada con la pena de muerte y, aunque nunca se ha ejecutado a nadie oficialmente por ello, numerosos acusados han sido linchados por multitudes indignadas.
Un ex gobernador provincial y un ministro para las Minorías también han muerto tiroteados por acusaciones de blasfemia.
Los grupos de derechos humanos afirman que las acusaciones de blasfemia también se utilizan de forma indebida para ajustar cuentas. Mientras, cientos de personas languidecen en prisión tras ser acusadas, ya que los jueces suelen aplazar los juicios por temor a represalias si se les considera demasiado indulgentes, aseguran también los grupos de derechos humanos.
El primer ministro interino, Anwar ul Haq Kakar, ha pedido medidas severas contra los responsables de la violencia contra los cristianos. “Estoy consternado por lo que se está viendo”, ha declarado.
Cientos de personas han bloqueado una autopista cercana para protestar por la presunta profanación del Corán.
Un líder cristiano, Akmal Bhatti, ha señalado que la multitud ha “incendiado” al menos cinco iglesias y saqueado objetos de valor de casas que han sido abandonadas por sus propietarios.
Varias publicaciones en las redes sociales han mostrado algunas iglesias, casas y pertenencias en llamas mientras la policía permanecía a la espera.
La turba ha estado formada por miles de personas dirigidas por clérigos locales, principalmente de un partido político islamista llamadoTehreek-e-Labaik Pakistan (TLP), según una fuente gubernamental.
Sin embargo, el TLP ha negado haber incitado a la violencia y ha manifestado que, por el contrario, ha estado colaborado con la policía para intentar calmar los ánimos.