Hamás aumenta la tensión sobre la tregua convocando una marcha por el Ramadán
Hamás ha convocado a los palestinos a marchar hacia la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén al comienzo del Ramadán, elevando de esta forma las apuestas en las negociaciones en curso para una tregua en Gaza, que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, espera que esté en marcha para entonces.
El llamamiento del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, se ha producido tras los comentarios de Biden acerca de que Israel y Hamás podrían llegar a un acuerdo para un alto el fuego que comenzaría el próximo lunes y que se daría durante el mes de ayuno musulmán, que este año se espera que comience el 10 de marzo.
No obstante, Israel y Hamás, que tienen delegaciones en Qatar esta semana para ultimar los detalles de una posible tregua de 40 días, han declarado que sigue existiendo un gran abismo entre ellos, y los mediadores qataríes afirman que aún no hay ningún avance.
Al-Aqsa, en la ciudad vieja de Jerusalén, uno de los lugares más sagrados del mundo para los musulmanes y el más sagrado para los judíos, ha sido durante mucho tiempo un foco de violencia, especialmente durante las festividades religiosas.
Con la guerra haciendo estragos en Gaza, Israel ha advertido que puede establecer límites al culto en Al-Aqsa durante el Ramadán, en función de sus necesidades de seguridad. Muchos palestinos rechazan que se restrinja su acceso al lugar. «Este es un llamamiento a nuestro pueblo de Jerusalén y Cisjordania para que marche a Al-Aqsa desde el primer día del Ramadán», ha dicho Haniyeh.
El portavoz del gobierno israelí, Tal Heirich, ha calificado estas declaraciones de Haniyeh de «muy desafortunadas» y le ha acusado de «intentar arrastrarnos a guerras en otros frentes». «Ciertamente no queremos eso. Desde luego, haremos lo que sea necesario para mantener la calma», afirma.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha señalado que el objetivo de Hamás consiste en quitar presión a sus combatientes en Gaza obligando a Israel a trasladar recursos de seguridad a Jerusalén y Cisjordania. «No debemos concederles eso. Por un lado, estamos operando contra elementos terroristas y por otro es nuestra obligación permitir la libertad de culto, y creo que llegaremos a los acuerdos adecuados que lo permitan».
Hamás, que precipitó la guerra en Gaza al atacar Israel el 7 de octubre, matando a 1.200 personas y capturando a 253 rehenes según los recuentos israelíes, ha asegurado que no liberará a todos sus cautivos sin un acuerdo global que ponga fin a la guerra.
Por su parte, Israel, que ha asaltado la Franja de Gaza, matando a 30.000 personas según las autoridades sanitarias palestinas, afirma que solamente aceptará pausas temporales en los combates para liberar a los rehenes, y que no pondrá fin a la guerra hasta que Hamás sea erradicada.
En un discurso televisado, Haniyeh ha manifestado que Hamás está mostrando flexibilidad en las negociaciones con Israel, pero al mismo tiempo estaba dispuesta a seguir luchando. Israel ha dicho que cualquier acuerdo con Hamás requeriría que el grupo abandonara lo que Israel califica de «demandas extravagantes».
En el intento más serio hasta la fecha de prolongar el alto el fuego, Hamás está sopesando una propuesta, aceptada por Israel en conversaciones con mediadores en París la semana pasada, de una tregua de 40 días. Según una fuente de alto nivel cercana a las conversaciones, el texto de París supondría la retirada de las tropas israelíes de las zonas pobladas y la liberación de unos 40 rehenes, entre ellos mujeres, menores de 19 años, mayores de 50 y heridos, a cambio de unos 400 detenidos palestinos.
Haniyeh también ha pedido al autodenominado Eje de la Resistencia, aliados de Irán entre los que se encuentran Hezbolá de Líbano, los hutíes de Yemen y la Resistencia Islámica de Irak, así como a los Estados árabes, que intensifiquen su apoyo a los palestinos de Gaza que sufren el asalto y el bloqueo de Israel. «Es deber de las naciones árabes e islámicas tomar la iniciativa para acabar con la conspiración de la inanición en Gaza», ha declarado Haniyeh.
El ministro israelí de Defensa, Gallant, preguntado por los comentarios optimistas de Biden sobre el acuerdo la semana próxima, ha señalado: «¿Quién soy yo para opinar sobre lo que ha dicho el presidente? Espero de verdad que tenga razón».
Mientras, la ayuda alimentaria que llega a Gaza ha disminuido gravemente durante el último mes, y las agencias internacionales de ayuda afirman que los residentes están al borde de la hambruna. Israel afirma que su bloqueo sobre Gaza es esencial en su guerra contra Hamás y que está permitiendo la entrada de suministros humanitarios. Asimismo, Israel ha declarado que ha cooperado con Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Egipto, Francia y Estados Unidos en un lanzamiento aéreo de ayuda alimentaria al sur de Gaza.
En Rafah, donde se refugia más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza, varios hombres enmascarados armados con porras y algunos con pistolas han recorrido los mercados en lo que decían ser un intento de mantener los precios bajo control. En sus pañuelos podía leerse «Comité de Protección Popular». Un portavoz enmascarado ha señalado a los periodistas que se habían formado para respaldar al Ministerio del Interior dirigido por Hamás y asegurarse de que no se explotaba a la población.
Las agencias de ayuda afirman que la situación es más grave en el norte de la Franja de Gaza, que ha quedado aislada casi por completo. El Ministerio de Sanidad de Gaza ha informado de la muerte de cuatro niños por desnutrición y deshidratación en el hospital Kamal Adwan del norte de la Franja, que anteriormente había dicho que interrumpía sus operaciones porque se había quedado sin combustible.