Las «Fuerzas Espaciales» entrenan astronautas para la «guerra orbital»
La Fuerza Espacial norteamericana está entrenando a un escuadrón de élite de astronautas militares para la «guerra orbital». Estos guerreros del espacio «se preparan para proteger los intereses de Estados Unidos y disuadir y derrotar a sus adversarios en el abarrotado y disputado dominio espacial» tal y como ha declarado la propia fuerza.
Esta nueva «carrera espacial» iniciada por las principales potencias mundiales está dejando una estela a la que tratan de sumarse el resto de países que cuenta con capacidad o por lo menos el deseo de actuar más allá de la atmósfera terrestre. En el caso de España el propio Ejército del Aire debate desde hace tiempo un cambio de denominación para incorporar el dominio del espacio a sus actuales cometidos y ampliar así su ámbito de actuación. En caso de producirse dicho cambio de denominación podríamos pasar a hablar del «Ejército del Aire y el Espacio», cuestión en la que ha hecho hincapié el teniente general Francisco Javier Salto, Jefe del Estado Mayor del Aire (JEMA), durante su intervención en el XXIX Seminario Internacional de la Cátedra «Alfredo Kindelán» el pasado año.
El entrenamiento de estos «astronautas letales» comenzó la semana pasada, cuando el cuadro de instructores del 319 SCTS (Space Combat Training Team) presentó sus cursos de combate orientados a la guerra espacial en el Peterson’s Moorman Space Education and Training Center (Colorado). En el comunicado de prensa emitido por la Fuerza Espacial estadounidense afirmaban que «Sin profesionales espaciales altamente capacitados, la Fuerza Espacial no podrá utilizar de manera efectiva los sistemas espaciales para aumentar la letalidad de la fuerza conjunta y no podrá garantizar la seguridad de los estadounidenses, ni defenderse contra sus adversarios”.
En esa misma línea insistió el teniente coronel Daniel Sebeck, comandante del Space Combat Training Squadron, insistiendo en que se trata de una «responsabilidad de la Fuerza Espacial preparar guerreros letales listos para ejecutar operaciones de combate en el complejo entorno espacial actual y futuro«. Así mismo explicó que estos combatientes espaciales se preparan cada día con el propósito de neutralizar los esfuerzos de los adversarios para reclamar la superioridad espacial.
El nuevo catálogo de cursos ha sido diseñado para dotar a estos profesionales del espacio de lo que han denominado como «mentalidad de guerra» y se basan en tres pilares fundamentales: guerra orbital, guerra electrónica espacial y gestión de la batalla espacial. Según el teniente coronel Sebeck estos cursos están diseñados para ejecutar una de las misiones principales del USSPACECOM (United States Space Command), que no es otra que la de formar combatientes letales y preparados para la guerra espacial. “Con la implementación del entrenamiento de SWD, la Fuerza Espacial de EE.UU está transformando la forma en que el ejército de norteamericano prepara a sus combatientes espaciales y está sentando las bases para una fuerza preparada y altamente capacitada».
La importancia de esta moderna concepción del espacio como nuevo dominio de guerra se ha equiparado en un breve espacio de tiempo al resto de dominios tradicionales. En este sentido el teniente coronel Sebeck alertó acerca del peligro que tendría adoptar una mentalidad pasiva hacia las operaciones tácticas y ha defendido la integración de estos nuevos profesionales en la estructura de combate como piedra angular que determinará la forma en que se desarrollarán los conflictos futuros.
Actualmente EE.UU dispone de una infraestructura de combate espacial bastante solida. El Comando Espacial de la Fuerza Aérea (Colorado) cuenta con más de 36.000 activos que proporcionan capacidades cibernéticas y espaciales al Departamento de Defensa. En cuanto a las misiones llevadas a cabo hasta el momento, el pasado marzo completaron su primer hito con el exitoso lanzamiento del cohete United Launch Alliance Atlas V.
¿Potencia de fuego espacial?
En cuanto al armamento espacial recientemente, durante la presentación de la bandera oficial diseñada para la Fuerza Espacial, el presidente Trump anunció que los EE.UU están desarrollando lo que se ha denominado como misil «Super Duper», capaz de viajar 17 veces más rápido que los misiles convencionales. Este anuncio se produce poco después de que la Fuerza Espacial estadounidense emitiera un contrato por valor de 2.4 mil millones de dólares con la compañía de defensa Northrop Grumman para la fabricación de dos satélites de detección temprana de misiles que estarían listos en diciembre de 2025.
Para saber de que estamos hablando cuando nos referimos a armamento espacial, un reciente informe del Center for Strategic and International Studies (CSIS) publicado en mayo puede sernos de ayuda. Según Todd Harrison, director del Proyecto de Seguridad Aeroespacial del CSIS y autor del informe, el armamento espacial se clasificaría fundamentalmente en las siguientes categorías: armas cinéticas y no cinéticas de la tierra al espacio (proyectiles, bloqueadores, deslumbramientos y ataques cibernéticos); armas espacio-espacio cinéticas y no cinéticas (proyectiles en órbita o microondas); armas cinéticas y no cinéticas de espacio-tierra (bloqueadores, láseres o proyectiles que descenderían de la órbita).
El informe también incorpora una serie de factores que definirían este tipo de armamento, entre ellos: si son convencionales o nucleares; si están estacionadas en la Tierra o en órbita; si generan desechos orbitales; si son ofensivos o defensivos. Algunos de esos criterios ya están regulados o están en proceso de serlo, como la prohibición de probar y usar armas nucleares en el espacio.
Sin embargo ¿qué ocurriría si un satélite colisionará con otro? ¿Accidentalmente o de forma intencionada? Supuestos como este son los que llaman a la necesidad de definir claramente que entendemos por arma espacial y a menos que finalmente se adopte una definición precisa que excluya las formas cinéticas de ataque espacio-espacio, nos encontraríamos con que ya tenemos miles de «armas» orbitando la Tierra.
Esta definición no es una cuestión baladí teniendo en cuenta que al igual que sucede en el resto de dominios, existe la posibilidad de que diferentes aproximaciones a una misma norma o concepto generen fricciones cuando los actos de una potencia son vistos como una amenaza por parte de otra. En 2019 India llevo a cabo una prueba «antisatelite» y dejó clara su postura en relación con las armas ASAT (antisatelitales) reivindicándolas como un medio legítimo de autodefensa por disuasión. Sin embargo, no todas las naciones comparten dicha creencia y continúan oponiéndose a cualquier tipo de «arma espacial», incluso respecto a aquellas destinadas de forma exclusiva a la autodefensa.
No es descabellado pensar que multitud de países están trabajando en esas armas en este preciso momento, pero una vez más la legislación que debería regular el desarrollo de este tipo de sistemas sigue yendo uno o varios pasos por detrás. Hasta entonces países como Rusia o China ya se están preparando para ese hipotético conflicto futuro.
Aunque puedan parecer salidas de la ciencia ficción ya se teoriza sobre terroríficas armas espaciales de las que, por el momento, solo podemos imaginar la magnitud de la devastación que podrían provocar. Las denominadas «Varas de dios» se basarían en el concepto de crear meteoritos de tungsteno (material capaz de soportar el calor producido al atravesar la atmósfera terrestre) que posteriormente serían guiados hacia el objetivo. Las «varas» serían lanzadas contra la Tierra desde un satélite alcanzando velocidades de 7000 mph y golpeando la superficie terrestre con la potencia de un arma nuclear, con la ventaja de no genera radiación.
Los «cañones de metal fundido», en desarrollo por DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de los Estados Unidos), utilizarían munición MAHEM (Magneto Hydrodynamic Explosive Munition), siendo capaces de disparar chorros de metal fundido a través del espacio a centenares de millas por segundo y atravesando todo a su paso.
No podíamos olvidar las flotas estelares compuestas por «naves espaciales». EE.UU y China se encontrarían en estadios avanzados de desarrollo. DARPA estaría desarrollando estos aparatos en el marco del programa secreto XS-1 y el resultado serían aparatos capaces de viajar diez veces por encima de la velocidad del sonido.
Por el momento hablamos de teorías o prototipos en el mejor(o peor) de los casos. En caso de que este tipo de armamento se materialice esperemos que exista una legislación a la altura capaz de controlar las devastadoras consecuencias que podrían llevar aparejados estos sistemas en malas manos.
Hasta entonces que la fuerza nos acompañe.