La ONU pide un alto el fuego de 21 días en la frontera entre Israel y Líbano
Estados Unidos, Francia y varios países aliados han pedido un alto el fuego inmediato de 21 días a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano, al tiempo que han expresado su apoyo a un alto el fuego en Gaza tras las intensas conversaciones mantenidas el durante el día de ayer en la Asamblea General de la ONU.
El alto el fuego se aplicaría a la “Línea Azul”, que es la línea de demarcación entre Líbano e Israel, y permitiría a las partes negociar una posible resolución diplomática del conflicto, según ha declarado un alto funcionario de la administración Biden. “Hacemos un llamamiento a todas las partes, incluidos los gobiernos de Israel y Líbano, para que respalden inmediatamente el alto el fuego temporal”, según una declaración conjunta de los países difundida por la Casa Blanca. Entre los aliados que firmaron dicha declaración conjunta figuran Australia, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y los países de la Unión Europea.
Sin embargo, Israel ha ampliado sus ataques aéreos en Líbano y al menos 72 personas murieron ayer, según declaraciones del Ministerio de Sanidad libanés. El ministerio ha informado que hay al menos 223 heridos. El jefe militar israelí ha afirmado que es posible que suceda un asalto terrestre, lo que hace temer que el conflicto desencadene una guerra más amplia en Oriente Próximo.
En los últimos meses, Washington ha estado en conversaciones con funcionarios de Israel y Líbano para reducir las hostilidades, según funcionarios de la Casa Blanca. “Hemos mantenido esas conversaciones durante bastante tiempo”, han declarado, añadiendo que Washington y sus aliados pretendían convertir esas conversaciones en un acuerdo más extenso durante este periodo de alto el fuego de 21 días. También han añadido que el Presidente Biden se ha centrado en la posibilidad de un alto el fuego “en casi todas las conversaciones que está manteniendo con los líderes mundiales” en la Asamblea General de las Naciones Unidas esta semana.
Basándose en las conversaciones mantenidas con israelíes y libaneses, Estados Unidos y sus aliados han considerado que este era el momento adecuado para hacer un llamamiento al alto el fuego. El embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, ha declarado a la prensa antes de una de las reuniones del Consejo de Seguridad de la ONU que Israel acogería con satisfacción un alto el fuego y que prefería una solución diplomática. A continuación, ha añadido al Consejo de Seguridad que Irán es el nexo de la violencia en la región y que la paz exigía desmantelar la amenaza.
El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araqchi, ha declarado a la prensa antes de la reunión del Consejo que su país apoya a Hezbolá y no permanecerá indiferente en caso de que el conflicto en Líbano se recrudecía.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, ha acogido con satisfacción el llamamiento a un alto el fuego y ha señalado que la clave para su aplicación reside en si Israel se compromete a hacer cumplir las resoluciones internacionales. Al ser preguntado si podría alcanzarse pronto un alto el fuego, Mikati ha expresado que “Esperemos que sí”.
Los líderes mundiales han expresado su preocupación por la rápida escalada del conflicto, que se desarrolla en paralelo a la guerra de Israel en Gaza contra los militantes palestinos de Hamás, también respaldados por Irán, a medida que aumenta el número de muertos en Líbano y miles de personas huyen de sus hogares.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tiene previsto llegar a Nueva York durante el día de hoy y dirigirse a la Asamblea General de la ONU mañana.
La administración estadounidense lleva casi un año intentando sin éxito conseguir un alto el fuego en Gaza. El conflicto está teniendo un gran coste político para la campaña presidencial de Joe Biden y, por extensión, de la vicepresidenta Kamala Harris, con la violencia en Líbano aumentando la presión sobre su administración para encontrar una solución diplomática.
Ayer, Israel derribó un misil que el movimiento Hezbolá, advirtió haber dirigido contra la sede de la agencia de inteligencia Mossad, cerca de la mayor ciudad de Israel, Tel Aviv.
Funcionarios israelíes han informado de que un misil se había dirigido hacia zonas civiles de Tel Aviv, no hacia la sede del Mossad, antes de ser derribado. Un portavoz del Pentágono ha declarado que una incursión terrestre israelí no parece algo inminente.
Hasta medio millón de personas pueden haber sido desplazadas en Líbano, según Asuntos Exteriores. Mientras, en Beirut, miles de personas desplazadas del sur del Líbano se refugiaban en escuelas y otros edificios.
Esta semana, la fuerza aérea israelí ha atacado a dirigentes de Hezbolá y centenares de lugares en el interior de Líbano, donde cientos de miles de personas han huido de la región fronteriza, mientras el grupo lanzaba andanadas de cohetes contra Israel.
Durante ayer, en los suburbios de Beirut, ciudadanos acudieron en masa al funeral de dos altos mandos de Hezbolá muertos el día anterior en ataques israelíes. Israel ha afirmado que sus aviones están atacando el sur del Líbano y el valle de la Bekaa, un bastión de Hezbolá más al norte, y que se están preparando otras dos brigadas de reserva más para operaciones en la frontera norte de Israel.
En un mensaje de vídeo en el que no se hacen comentarios sobre los esfuerzos diplomáticos para garantizar ningún alto el fuego, Netanyahu asegura que Hezbolá está recibiendo un golpe más duro de lo que jamás hubiera imaginado.
Israel ha dado prioridad a asegurar su frontera septentrional y permitir el regreso a ella de unos 70.000 residentes desplazados por los intercambios de disparos casi diarios desde que estalló la guerra en octubre entre Israel y Hamás en Gaza, en la frontera sur de Israel.
Los hospitales libaneses se han llenado de heridos desde este lunes, cuando los bombardeos israelíes mataron a más de 550 personas en el día más mortífero en Líbano desde que terminó su guerra civil en 1990.