Un nuevo A400M engrosa la flota del Ejército del Aire
El último modelo de A400M, de los cinco con los que cuenta actualmente el Ejército del Aire, ya descansa en las instalaciones de la base aérea de Zaragoza. Se trata de la quinta aeronave de este tipo con la que el Ejército del Aire espera duplicar su flota a lo largo de los próximos seis meses.
Antes de su llegada a principios de mes, el Ala 31 del Ejército del Aire disponía de cuatro aviones A400M; un nuevo modelo que está llamado a sustituir al ampliamente amortizado Hércules en un relevo progresivo que está previsto finalice hacia 2023, completando una flota que contará entonces con 14 aeronaves de este tipo.
Se trata de uno de los aparatos más grandes con los que cuenta el Ejército del Aire y entre sus principales misiones se encuentra el transporte aéreo táctico. El A400M tiene capacidad despegar y aterrizar en distancias cortas de manera que ofrece una excelente versatilidad a la hora de transportar materiales y personal a las diferentes zonas de operaciones en cualquier parte del globo.
En España los A400M reciben la designación militar de T.23 y el primero de ellos, el T.23-01, se encuentra activo desde que fuera entregado en diciembre de 2016. Las sucesivas configuraciones de esta aeronave han ido ampliando progresivamente sus capacidades y han pulido las limitaciones presentes en sus predecesores.
Por sus especificaciones, el A400M es capaz de llevar a cabo una gran variedad de misiones de transporte que hasta el momento requerían del uso de múltiples aeronaves de diferente categoría. Con un ancho externo de fuselaje que alcanza los 5,64 metros y un espacio útil de 4 metros de alto, cuatro de ancho y 18 de largo. En su interior es posible transportar cargas de gran envergadura y tonelaje como pueden ser: el helicóptero CH-47 Chinook, el helicóptero NH90, dos vehículos de transporte de infantería (hasta 17 toneladas), un camión semi-articulado (25 toneladas), excavadoras, grúas, etc.
Tal y como hemos mencionado anteriormente, el A400M dispone de unas características especiales en materia de aterrizaje y despegue. Cuenta con un tren de aterrizaje principal de 12 ruedas especialmente diseñadas para operar en superficies complejas (grava, arena, piedra) y con un sistema de amortiguación de impactos en toda su estructura, de manera que es capaz de aterrizar y despegar en cortas distancias y en la mayoría de pistas.
En tierra, el A400M está preparado para realizar cargas y descargas a gran velocidad y sin necesidad de equipo terrestre especializado, ya que cuenta con un cabrestante eléctrico de 32 toneladas. La disminución del tiempo necesario en tierra se traduce a su vez en una reducción de la vulnerabilidad de la aeronave frente a acciones hostiles. Del mismo modo, su capacidad para operar a escasa velocidad lo convierte en un transporte idóneo para lanzar suministros desde cotas bajas.
Es capaz de recorrer distancias de hasta 8.700 km, a una altitud de crucero que alcanza los 37.000 pies (11,3 km aproximadamente) y a velocidades de hasta 0,72 Mach. Desde el punto de vista estratégico, volar más alto y más rápido permite una respuesta más eficiente pudiendo recorrer mayores distancias sin necesidad de relevos. Del mismo modo, la posibilidad de sobrevolar mayores alturas reduce las turbulencias, lo cual redunda positivamente sobre el estado de la tripulación (menor fatiga).
El A400M también está especialmente diseñado para el reabastecimiento en vuelo de cazas y otras aeronaves de gran tamaño; su diseño permite que también sea repostado en vuelo. Cuenta con dos PODS de repostaje ubicados bajo las alas y una unidad central de repostaje en el fuselaje.
Por todo lo anterior, el A400M, sobresale en aquellas misiones que precisen el lanzamiento de paracaidistas, pudiendo realizarlos a distintas cotas: desde los 40.000 pies (12 km), hasta los 15. El A400M tiene capacidad para transportar alrededor de 116 paracaidistas plenamente equipados.
Finalmente hay que señalar que por su diseño, el A400M goza de una reducida detectabilidad, lo que reduce sus vulnerabilidades e incrementa su autoprotección. Cuenta con “motores limpios y de mínima emisión de infrarrojos, controles de vuelo “fly-by-wire” muy reactivos, cuatro ordenadores de control independientes, controles tolerantes a daños, y una completa dotación defensiva opcional y cabina armada”. De modo que por lo que parece y tal y como señalan sus creadores el A400M es difícil de localizar, difícil de derribar y difícil de eliminar.